Andrés Barriales Ardura
Instructor Distrital. Distrito 2201 de RI
Past-Gobernador Distrito 2201 de RI
Ponencia X Conferencia del Distrito 2201 – Pontevedra – 31 de Mayo, 1 y 2 de Junio de 2018
Parte de la respuesta a esta pregunta de final de año la acabamos de escuchar repasando alguno de los grandes proyectos realizados por nuestros clubes.
Como Instructor del Distrito me toca hacer la pregunta del examen final de este año rotario. Pero no me toca poner la nota de calificación. Eso nos corresponde a cada uno de nosotros. ¿Cómo hemos marcado la diferencia en cada uno de nosotros, en nuestras comunidades, en el mundo entero?
Los que a lo largo de estos últimos años habéis soportado mis intervenciones como Instructor Distrital, espero que hayáis constatado que siempre me he esforzado por expresarme con claridad y libremente. Espero seguir manteniendo el libre pensamiento como norma de mi vida y no apearme jamás de ella porque –me dijeron- que cuando uno se cae de sus convicciones, inevitablemente se fractura, se rompe.
Esta norma se divide en cuatro áreas no siempre claramente delimitadas. Tomo esta descripción de Omar Adi, el PDG uruguayo, de cuyo saber rotario tantas veces me he servido. Cuatro áreas: que retratan fielmente nuestra realidad distrital:
- la de ficciones, donde la imaginación vuela, pero no realiza nada.
- la de las facciones, donde las certezas son sometidas a los cantos de sirena de un bando y de otro bando (y de tantos bandos que agitan ante nosotros sus banderas).
- la de las fricciones, donde todo chirría un poco y las ruedas se vuelven casi cuadradas sin dejarnos avanzar
- Y la de las fusiones, donde los contenidos se nutren unos con otros y se intenta que surja, libre y claro, precisamente el otro.
En realidad, todo el compromiso rotario, la vida rotaria, implica fusionar todos nuestros esfuerzos en la obra hacia el otro, hacia nuestros semejantes, No otra cosa es el Dar de sí antes de pensar en si. Por ello dejemos a un lado las ficciones, desechemos los cantos de sirenas de las posibles facciones, evitemos con toda el alma las fricciones que no nos dejan avanzar, e instalemos en nuestro día a día las fusiones que nos harán más fuertes.
No me preguntéis si tengo bases sólidas para hablar así. NO. Ni nadie me ha dicho que tengo derecho a decir a los demás qué hacer o cómo hacer. De antemano pido disculpas si algo suena irónico. La razón de todo es que amo Rotary y trato de mejorar siempre lo que quiero.
Mil veces me he refugiado en los poetas: porque hay tiempos en que todo tiende a oscurecerse y la naturaleza y los acontecimientos parecen oponerse a nuestros propósitos y, lo que es peor, a nuestros ideales. Pero Rotary es más y el mañana siempre asegura el brillo de la luz.
La luz interior en cada uno de nosotros. Esa luz, la que nace de nuestro fuego interior es la fuerza más poderosa del mundo aunque el sol se esconda.
Decía Rabindranath Tagore que el fuego, este fuego, puede ser la lamparita que no se arredra ante el arrogante sol cuando éste exclama: “¿Quién va alumbrar el mundo cuando yo me vaya?”, respondiendo entonces con modestia: “Señor, dame una oportunidad y haré todo lo que pueda”.
Ahí está la clave: “Haré todo lo que pueda”.
Rotary… ¿qué es Rotary?. El Presidente Ray Klingsmith nos decía, como tantas cosas que nos dicen los Presidentes y que luego se olvida: “No compliquen Rotary”. No compliquemos Rotary.
Hay una forma de ver Rotary que comienza y termina en las cifras, las de la cantidad de rotarios y las de la cantidad de dinero en la Fundación.
Pero el dinero no es lo que define a Rotary, claro que permite la obra, claro que con él salvaremos millones de niños de la muerte o de la invalidez. Pero es accesorio al alma rotaria.
¿Qué es Rotary? Vayamos al fondo de la cuestión. Paul Harris dejó dicho: “En definitiva Rotary existe para fomentar el desarrollo personal de cada socio y el desarrollo implica aumentar la capacidad de servir a los demás”.
¿Qué es Rotary? Rotary somos nosotros. “Por qué entonces – se preguntaba Omar Adi- cuando analizamos Rotary, a nuestro club, al cuadro social y a su crecimiento, nunca ponemos el acento en nosotros mismos?”
De aquí debe partir nuestra respuesta final a la pregunta inicial -¿Cómo hemos marcado la diferencia?- Qué otra cosa quería decir nuestro Fundador al afirmar rotundamente: “Es menester que el nuevo socio comprenda que Rotary consiste fundamentalmente en un proceso educativo”. Esto lo decía en febrero de 1946 un año antes de dejar este mundo.
La tentación surgen en nosotros y muchos entre nosotros la expresan en voz alta: “A estas alturas ¿qué me va a enseñar Rotary a mi?”
La respuesta es simple: Rotary me va enseñar a ser mejor persona, me va a enseñar a tomar en cuenta al otro que no otra cosa es el espíritu de servicio, que no de otro lugar parte la ética: tomar en cuenta al otro, considerar al otro, dar de sí.
Paul Harris apostillaba ya en 1912: “El rotarismo prospera en lugares donde los hombres piensan y donde el corazón del hombre es suficientemente grande para incluir la consideración por los demás”.
Amigos y amigas mías. Esto exige mucho de nosotros. Porque Rotary es lo que soy, es como soy. Rotary soy yo. Rotary somos nosotros. Fijaros bien que digo Rotary soy yo, Rotary somos nosotros y NO: Yo soy Rotary, nosotros somos Rotary, que es cosa bien distinta.
Desde esta perspectiva respondamos a la pregunta con toda sinceridad: ¿cómo hemos marcado la diferencia?
Descartemos el egocentrismo. Paul Harris recomendaba una vieja medicina rotaria: “olvidarnos de nosotros mismos por un tiempo”. Decía: “Para qué estamos aquí. Para aprender una lección. ¿Qué lección? La lección de la vida. ¿cuál de las lecciones de la vida? La única lección de la vida: separarnos de nuestro propio yo”.
Eso es trasladar el centro fuera de nosotros mismos. Es sintonizarnos con los demás, percibir al otro, importarnos lo que el otro siente. Somos –como decía también Omar ADI- LOS DEMÁS DE LOS DEMÁS. La clave está en la postura de cada día, en la actitud hacia los demás, en comprender y entender al otro. Eso es lo que nos diferencia. Eso es lo que nos hace rotarios, aunque quizás debiéramos decir: Eso que lo que debería diferenciarnos, lo que debería hacernos rotarios.
Si así somos rotarios, hay algo fundamental que hemos de llevar a cabo: CRECER. Permitidme que en este punto escenifique una brevísima obra teatral que Omar <adi dice que es para no ser representada jamás.
Rotario 1: Vos que hablás tanto de Rotary ¿cuántos ahijados tenés?
Rotario 2: (SILENCIO)
Rotario 1: ¿Eh?
Rotario 2: (SILENCIO)
Rotario 1: ¿Te sentís bien?
Rotario 2: (MUCHO MÁS SILENCIO)
El Rotario 1 mira al público con expresión de asombro mientras cae el
TELÓN RÁPIDO
Recordáis la pregunta que tantas veces hemos hecho en Asambleas, Conferencias y Seminarios… Si todos tenemos un padrino ¿por qué no todos tenemos un ahijado?
Sigamos los pasos que nos indica la Guía para el Desarrollo del Cuadro Social: BUSCAR/ DAR A CONOCER/ INVITAR/ INSTALAR/ INFORMAR Y ORIENTAR/ DAR PARTICIPACIÓN/ INSTRUIR.
Invitar implica seleccionar. Buscar no es buscar al azar y dar a conocer lo que somos y lo que hacemos. Y aquellos a los que seleccionamos e instalamos… ¿los comprometemos, los fidelizamos, los entusiasmamos?
Seamos valientes. Hagámoslo. Se nos ha dicho una y mil veces que el aumento del Cuadro Social es una meta, y para nuestro Distrito una meta urgente. Pero yo os pregunto una vez más… ¿No debería ser una consecuencia? Consecuencia de nuestros actos, de nuestras actitudes. Los verbos son atraer y comprometer, no reclutar y retener. Debemos atraer a la persona correcta, a la mujer y al hombre íntegros y sensibles y con espíritu de servicio.
Rotary vale lo que cada club vale y cada club vale por lo que cada rotario es y hace. Rotary somos nosotros, cada uno de nosotros. El ser humano es el principal componente de Rotary. Rotary somos los rotarios. Aquí radica nuestra gloria y nuestra responsabilidad.
Como decía Paul Harris: “Sólo una cosa es cierta acerca del futuro de Rotary. Rotary será lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer”.
Concluyo con lo que alguien ha leído en algún libro lo que rezaba una lápida que no por inventada resulta menos apropiada para tantos que en el mundo han sido:
AQUÍ YACE BIEN SEPULTO
CAPDEVILLA EN ESTE OSARIO.
FUE NIÑO, JOVEN Y ADULTO
PERO NUNCA NECESARIO.
No sea con nosotros así. Si ya no niños, y cada día menos jóvenes y más adultos… aún así:
SEAMOS NECESARIOS.
Permitidme repetir algo dicho recientemente. Nunca olvidemos que no seremos lo que tenemos, seremos lo que seamos. O como dijo, no sé si literalmente, la escritora francesa Elsa Triolet: “Lo que tengo, cuando lo doy, me convierte en lo que soy”.
Mirad. SEAMOS NECESARIOS. HEMOS DE SER NECESARIOS. Para los otros, para los demás.
De esta manera: nuestra, vuestra respuesta final será perfecta y nos conducirá con paso natural a nuestra próxima etapa: SER LA INSPIRACIÓN.